Estrategia Nacional


Guatemala es un país que se sitúa en el extremo norte del istmo centroamericano, el cual cuenta con una extensión de 108,890 kilómetros cuadrados (equivalente a 10,889,000 hectáreas). Posee altitudes que varían desde los 0 hasta los 4,211 metros sobre el nivel del mar, lo que influye en contar con un relieve muy variado, ya que posee una gran variedad de paisajes que permiten contar con una diversidad de climas que definen seis regiones en el país.

En Guatemala se tiene una cobertura forestal de 3.7 millones de hectáreas de bosques equivalentes a 3.7 millones de campos de futbol. Sin embargo, la deforestación y degradación de bosques, provocadas principalmente por la conversión de bosques a tierras agrícolas y ganadería extensiva, así como incendios forestales y tala ilegal de madera para comercio o leña, continúan a un paso alarmante cercano a las 132,137 hectáreas anuales de bosque, equivalentes a unos 132,137 campos de futbol.  

La diversidad de condiciones climáticas y productivas del país ha definido el uso que se le da al territorio del país. Las evaluaciones realizadas por el Grupo Interinstitucional de Monitoreo de los Bosques y Uso de la Tierra (INAB-CONAP, 2015) al 2012 indican que el 37.6% del territorio se encontraba cubierto por bosques de diversos tipos, el 1.1% poseía plantaciones forestales y cultivo de hule (Hevea brasiliensis (Willd. ex A.Juss.) Müll.Arg.), el 1.1% estaba cubierto por áreas con árboles dispersos, el 57.7% por áreas sin cobertura forestal y el 2.5% por otros usos de la tierra como humedales y cuerpos de agua.

Desde octubre de 2010, Guatemala pertenece al grupo de países mega-diversos que albergan alrededor del 70% de la biodiversidad del planeta. (CONAP, 2011).  La  diversidad de ecosistemas está directamente relacionada con la diversidad de hábitats y eco-regiones.  Guatemala alberga 9 biomas, 14 eco-regiones y 14 zonas de vida.  Esta elevada diversidad está severamente amenazada debido a las altas tasas de deforestación.

 

Causas de la Deforestación y Degradación de Bosques


Se han realizado varios estudios para comprender la magnitud de la deforestación de los bosques en Guatemala. Un análisis histórico de la cobertura forestal en Guatemala estimó que la cobertura forestal en el año 1950 era de 6,973,924 hectáreas, la cual se ha reducido a 3,722,595 para el año 2010, lo cual da una tasa de deforestación de 0.77% en el período indicado.

Los diferentes análisis muestran que se tienen cuatro causas principales que promueven la deforestación en Guatemala:

  • Incremento de las áreas destinadas a la producción agrícola. En la cual participan dos tipos de actores, un grupo que cultiva las tierras para la obtención de sus propios alimentos, y el otro grupo de cultiva las tierras con fines comerciales.
  • Incremento de las áreas destinadas a la producción ganadera. Dentro de estas actividades también se han podido identificar grupos de personas que promueven la ocupación y el mercado de las tierras propiedad del Estado, principalmente en la Reserva de la Biosfera Maya.
  • Crecimiento de las zonas urbanas y de las comunidades rurales. Esta actividad está directamente relacionada con el crecimiento de las poblaciones, tanto por el crecimiento vegetativo de las ciudades y comunidades, así como la migración desde y hacia las mismas. Muchas de las nuevas ocupaciones se realizan en áreas de bosques y zonas de pendiente, debido al precio de las tierras urbanas y periurbanas.
  • Crecimiento de las actividades e infraestructura productivas, principalmente la minería, hidroeléctricas e infraestructura como bodegas, carreteras y otro tipo de infraestructura.

Se identificaron tres causas relacionadas con la degradación de los bosques en Guatemala:

  • Extracción no sostenible y no controlada de leña. De acuerdo a la información de la ENCOVI 2014, más de 2.34 millones de hogares emplean leña en el país, de los cuales, el 61% se ubica en las áreas rurales y el restante 39% en las áreas urbanas; muchos de estos hogares colectan directamente la leña de los bosques. Existe una buena proporción de hogares que compran la leña a personas privadas.
  • Extracción ilegal y no sostenible de madera y otros productos forestales. Esta actividad de concentra a extraer, procesar y comercializar principalmente madera para la construcción y la ebanistería (especies de alto valor comercial). Esta actividad es desarrollada por madereros quienes en la mayoría de los casos contactan a los propietarios de los bosques o árboles, los talan, procesan, extraen y comercializan. El principal fin de estas personas es percibir ingresos económicos por esta actividad.
  • Incendios forestales. Son causados principalmente por descuidos al momento de la limpieza de las parcelas agrícolas o en las actividades de renovación de potreros y en el control de las garrapatas, principalmente en la región del norte y nor-oriente de Guatemala. Adicional a estas causas, también se identifican agentes relacionados con la cacería, y personas que causan incendios intencionales, con el objetivo de afectar el bosque y así poder utilizar las tierras una vez esta desprovista de árboles.

¿Por qué desaparecen los bosques?

¿Qué se está haciendo?


Para abordar esta problemática, Guatemala inició una importante reforma de las políticas y la gobernanza de los bosques a través de la creación del Instituto Nacional de Bosques (INAB) en 1996, en el marco de una nueva Ley Forestal, así como a través de la creación del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP), con la Ley de Áreas Protegidas en 1989. El manejo forestal y la conservación en Guatemala aún se basan en estas dos leyes, pero existen barreras legales, técnicas, administrativas y financieras que limitan mejorar y expandir la gestión y manejo forestal sostenible dentro y fuera de áreas protegidas. 

Existe un marco jurídico constituido por Leyes, Reglamentos, Normas, así como de Políticas y sus instrumentos (Programas) y Planificación (Estrategias, Planes, Agendas, Manuales y Lineamientos) que dan soporte a las diferentes opciones y modalidades propuestas para el abordaje de la deforestación y degradación de los bosques en Guatemala, incluyendo las acciones orientadas a los mecanismos REDD+.  El Gobierno de Guatemala invierte alrededor de 50 millones de dólares anualmente en los programas de incentivos forestales (PINPEP y PROBOSQUE) para promover la restauración forestal, la conservación y protección de bosques naturales.  

Los documentos de Políticas y sus instrumentos presentan una adecuada orientación y alcance en sus propuestas, principalmente en lo relacionado al manejo de los recursos naturales, conservación de la biodiversidad y medio ambiente,  a pesar de contar con una amplia gama de herramientas e instrumentos, no se han dado avances significativos para frenar la deforestación y degradación de los bosques en Guatemala.  Existen sin lugar a dudas limitaciones que requieren ser abordadas para subsanarlas, entre estas destacan las siguientes razones (SEGEPLAN, 2014): 

  • Existe una limitada coordinación de operativización entre políticas y se evidencia una sectorialización del ambiente. Esta situación obedece principalmente a la existencia de diversas entidades con la rectoría pública en temas de la gestión ambiental.
  • Las principales duplicidades en la vigencia y aplicación del marco de políticas resaltan en espacios territoriales en los cuales se aplican distintos instrumentos normativos.
  • A nivel de coordinación interinstitucional e intersectorial, se carece de un espacio de diálogo que propicie una mayor integración, en la definición e integración de política pública orientada a la adaptación y mitigación del cambio climático y en la ejecución de operaciones e inversiones.

Barreras que estimulan deforestación y degradación de bosques


Las barreras y limitaciones pueden definirse como aquellos factores que impiden, total o parcialmente, el correcto abordaje y la implementación de acciones y estrategias para enfrentar las actividades impulsoras de la deforestación y degradación de los bosques en Guatemala.

Principales barreras y limitaciones identificadas:

  • Limitada asignación presupuestaria para el manejo y control del Sistema Guatemalteco de áreas Protegidas (SIGAP) y las áreas que lo integran
  • Reducida presencia institucional y de autoridades gubernamentales para la supervisión y control de las principales áreas protegidas y ecosistemas estratégicos del país
  • Poca participación comunitaria y de organizaciones de base comunitaria en la protección y conservación de los bosques y áreas protegidas
  • Limitada inversión del sector judicial para abordar y concluir los casos de invasión y usurpación de las áreas protegidas propiedad del Estado
  • Mayor rentabilidad (costo de oportunidad) del uso de las tierras en actividades agrícolas que en las forestales, tanto de protección como de producción.
  • Falta de armonización de las políticas públicas agrícolas y forestales de producción con las de protección y conservación en el país
  • Escaso control sobre el cambio de uso de la tierra ilegal hacia actividades agropecuarias
  • Falta de políticas y planes de ordenamiento urbano que incorporen las variables de riesgo y cambio climático en la planificación urbana y de las comunidades
  • Falta de mecanismos financieros y crediticios para promover sistemas eficientes de uso de leña a nivel de hogar e industria
  • Falta de sistemas de extensión a nivel de hogar para promover sistemas eficientes de uso de leña u otros recursos energéticos
  • Falta de políticas y regulaciones para promover la incorporación de árboles en los sistemas tradicionales de producción agrícola
  • Escasa participación de las autoridades gubernamentales y locales en el control de la extracción y uso de los productos forestales de los bosques
  • Poca participación comunitaria en el control de la extracción y uso de la leña de los bosques
  • Escaso interés de los productores agrícolas para incorporar árboles en los sistemas tradicionales de producción agrícola
  • Alto costo de gestión para los pequeños productores agropecuarios y comunidades locales para acceder a los programas de incentivos forestales para incorporar árboles en los sistemas tradicionales de producción agrícola
  • Escasa articulación de actores en el suministro competitivo de madera
  • Alto costo de gestión para el manejo y aprovechamiento forestal por parte de los pequeños productores forestales, comunidades locales y pueblos indígenas
  • Limitaciones en la promoción y uso sostenible de los productos forestales “certificados/controlados”
  • Corrupción
  • Falta de regulaciones y control en el uso del fuego en las actividades agrícolas y ganaderas, especialmente en las zonas cercanas a bosques
  • Falta de sistemas de detección inmediata de incendios forestales
  • Falta de institucionalidad para promover la prevención y control de los incendios forestales, principalmente en las áreas propiedad del Estado

Propuesta de Estrategia REDD+


Sobre esta base, Guatemala está diseñando una Estrategia Nacional para Reducir la Deforestación y Degradación de Bosques (REDD+) bajo un proceso participativo que involucra no solo actores de gobierno sino también a las comunidades locales, pueblos indígenas, sector privado, gobiernos locales (municipalidades y mancomunidades), ONG, academia y otros. Este proceso, liderado por MARN, MAGA, CONAP e INAB inició en 2011 y busca abordar las causas directas de la deforestación y degradación de bosques promovidas, entre otros, por modelos económicos respaldados por algunas políticas públicas sectoriales, por ejemplo, la Política Agrícola, la Política de Minería o la Política Energética en las cuales no se contemplan medidas concretas para evitar la deforestación y degradación de bosques.

El objetivo de la Estrategia Nacional para la Reducción de la Deforestación y Degradación de los Bosques en Guatemala, está orientado a la articulación de la gobernanza forestal para crear u operar instrumentos de política pública existentes que permitan incorporar distintos actores y procesos sociales y productivos en la reversión de causas de la deforestación mediante acciones de recuperación y protección de cobertura.

La Estrategia cuenta con una propuesta del Marco Programático para atender las principales limitaciones o barreras que no permiten atender adecuadamente las causas directas de la deforestación y degradación de los bosques. Esta propuesta está articulada de forma de: Actividades Estratégicas y Acciones específicas propuestas.

El marco estratégico sobre el cual se fundamenta la Estrategia Nacional REDD+ está basado en dos ejes estratégicos: a) la deforestación y b) la degradación de los bosques los cuales están orientados a atender las principales amenazas de los recursos forestales en el país. Estos dos ejes se integran por líneas estratégicas  y una serie de acciones que tienen un ámbito sustantivo y transversal.

El marco programático y Plan de Acción de la Estrategia (ENDDBG), se integra por actividades  que conforman la base técnica y operativa para el cumplimiento de los objetivos y las metas propuestas, este se presenta en las fichas elaboradas para cada línea estratégica.  Se plantea para un horizonte de diez años.  Consta de iniciativas (programas, proyectos, instrumentos de normativa, instrumentos financieros, revisiones de políticas y otros instrumentos o mecanismos de diálogo y consenso) en ejecución o por implementarse, orientados al logro de objetivos, metas y productos de la estrategia, en las cuales los actores identificados son convocados a participar de acuerdo a sus competencias institucionales o las que indiquen el marco normativo correspondiente.

En este contexto se consideran seis líneas estratégicas asociadas a las causales directas priorizadas, y tres líneas estratégicas de carácter transversal a todas las causas. En su conjunto, estas alineas implican la implementación de 27 acciones estratégicas. Para cada una de estas acciones se establecen objetivos y actividades específicas, las cuales servirán para la construcción del marco programático de la estrategia.